Así empezó todo.
Fundador, Tito Hernández Ortiz siendo en niñez y pubertad peón de mina, en su pueblo natal, Campo Morado Gro., pueblo cien por ciento minero, aprendió el negocio de la plata, emigrando a uno de los más importantes pueblos plateros, como lo es y sigue siendo Taxco.
He ahí su nombre, que acuñó el fundador desde 1938. Y que posteriormente se iba a respetar como “Minas de Taxco” por honor a Tito Hernández.
Llegando a la Ciudad de México, el Sr. Tito se asentó en la Colonia Peralvillo en la que, con su esposa, hijo y artesanos, el negocio fue alternando en cinco locales, poniendo a disposición nuestro taller que siempre fueron y sigue siendo la calidad de la colonia y reconocidos por mucha gente y empresas.
El negocio pasó de generación a manos del señor Juan Hernández (hijo del señor fundador) que, a pesar de dedicarse a otra profesión (guía de turista), siguió con la tradición del negocio, adaptándose a los tiempos del porvenir de Minas de Taxco.
El Sr. Juan, se dedicó en plenitud a darle un giro a Minas de Taxco, que además de la joyería y orfebrería, se empezó a introducir los reconocimientos y trofeos que se han siempre caracterizado por ser únicos y de una calidad de manufacturado impecable; esta oportunidad de expandir nuestro catálogo, nos ayudó a tener clientes de gran prestigio, como lo son: Coca-Cola, Club Pachuca, Canon, Estafeta, Kyocera, Corona, Bimbo, AirBus, Telmex, Ford, GNP, Profuturo, Mexicana de Becas, así como dependencias del Gobierno, entre otras empresas, asociaciones, grupos y fundaciones nacionales.
Actualmente el negocio lo conserva la familia, cuyo compromiso sigue siendo, y hoy más que nunca preservar el espíritu de trabajar con amor y dedicación para ti.
Nuestros trabajadores y artesanos en distintos talleres y en la tienda física de Minas de Taxco, tenemos el ‘Know How’ de hacer las cosas, desde la atención, dedicación, calidad y hasta la destreza de tus deseos.